
La vida que es justa, pero incomprensible en ocasiones, llene de dones a todos los que apoyaron su causa y desde luego para la Comunidad que hoy lo recibe y lo acoge para su descanso.
Rezaré desde el fondo de mi alma para saludar el regreso de nuestro hermano Salesiano. María Cristina Aguilar Sánchez, Bogotá, Colombia.
