Buscar en este blog

domingo, 30 de enero de 2022

Amigo del alma

 


"Quiero que mi amistad les ayude a abrirse a la trascendencia, a la humanidad y a la amistad incondicional con el hombre perfecto: Jesucristo…”  (Padre Jaime Rodríguez SDB).

El Padre Jaime, al haber tenido la oportunidad de conocer varios países, también tuvo la oportunidad de conocer muchas familias y personas que se quedaron marcadas no solo en el corazón del Padre, sino también de aquellos que lo conocieron. Es así como el mismo Padre Jaime hizo una familia extendida en Argentina, en Francia, EE.UU, entre otros, donde también se daba a conocer como el tío de la familia a donde llegaba; esto como un signo de cercanía, amistad y confianza, acompañado de la generosidad y su buen testimonio de vida, es por esta razón que muchas de las veces lo buscaban para bautizos, primeras comuniones, inauguración de laboratorios, bendición de casas, visita a enfermos y celebraciones especiales donde nunca se encontró un NO como respuesta, ante todo la disponibilidad y lo mejor para los que lo conocían.

La devoción a la Virgen del Carmen la llevó a todas partes por donde pasaba, pero definitivamente de todos los lugares donde pasaba, Agua de Dios marcó su corazón; ya en sus últimos años de vida, la mayoría de tiempo lo vivió allí acompañando el dolor y las familias; estos dos lugares, el Camarín del Carmen y Agua de Dios fueron sus lugares favoritos, por ellos trabajó mucho, buscando ayuda de los gobiernos, de la Presidencia de la República, de fundaciones y demás que, hoy día agradecen a Dios por la presencia del Padre Jaime en sus vidas.

Su pasión mayor era el de ser amigo del alma, es decir, el acompañamiento espiritual de aquellos quienes lo conocieron y de los que no, también.  Sus restos mortales hoy reposan en la ciudad de Bogotá en la cripta del Camarín del Carmen donde mucha gente acude para orar y pedir por diferentes necesidades. Como seminarista religioso Carmelita Descalzo, doy gracias a Dios por la vida del Padre Jaime, por su obra evangelizadora y fundacional, por todos sus colaboradores y porque hoy día continúan trabajando en la Fundación del Padre Jaime. Leer su libro me dejó sorprendido, agradecido y admirado por tan bello testimonio de vida, lo veo como ese alguien que, en un mundo tan grande, con tantas realidades, fue esa persona que hizo el bien por muchos y por esta razón hoy por hoy, el Padre Jaime es reconocido como aquel que, ayudó sin esperar nada a cambio. Con este testimonio de vida siento que de algún modo el Padre Jaime fue muy feliz haciendo lo que le gustaba, disfrutando de sus amigos y, sobre todo, viviendo su sacerdocio apasionadamente, entregando su vida del todo al servicio del más necesitado.  Fray Jaime Alberto Becerra Acevedo de la Madre de Dios ocd, Bogotá, D.C. Colombia.