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jueves, 4 de noviembre de 2021

De la mano de María Auxiliadora


 

En el instante que el Señor lo llevó con Él a la casa del Padre, hubo una sensación de gloria y lo vimos partir en esa paz que da la certeza de un viaje sin retorno, a donde siempre confió llegar de la mano de su amada Auxiliadora. En ese instante su rostro se iluminó de felicidad. ¿Cómo olvidar el momento extraordinario que vivimos mientras partió?

Padre Jaime siempre estás entre nosotros y hoy te escucho con tu característico saludo: ¿Cómo estás chinita?, hoy bendícenos. Aura Libia Ruiz, miembro del Grupo de la Misa de la Fundación Padre Jaime, Atlanta, EE.UU.

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