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En estos mensajes, que a la misma vez son otro evangelio de testimonio de vida espiritual, se ve al Espíritu Santo actuando en un hombre que se apasiona por los jóvenes y por los creyentes y no creyentes, por toda la humanidad representada en la gente de Agua de Dios a quienes regala estas homilías. Como buen pastor y con mucho amor camina en medio de su rebaño hacia Cristo. En una de sus homilías describe a este buen pastor: “Jesús había prometido ‘a mis ovejas yo les doy vida eterna y no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mi mano’. Cuánta necesidad tenemos de que nos coja de la mano, nos acune en sus brazos, nos estreche contra su corazón. Necesitamos de la conducción de ese pastor, en el caos doctrinal que tenemos hoy en día, en la prepotencia de los medios de comunicación, en la burla a la persona adorable de Jesús... Jesús ha tenido lástima de nosotros, es el Buen Pastor”. Y así fue este gran sacerdote: un buen pastor. Saín Freddy Zenteno SDB. Seminarista beneficiario de la Fundación Padre Jaime, Inspectoría Nuestra Señora de Copacabana.
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